¿LA APP DEL MOMENTO NO ES SEGURA?

¿LA APP DEL MOMENTO NO ES SEGURA?

Como seguramente la mayoría sabe nos referimos a FaceApp, la aplicación que nos permite vernos más viejos o más jóvenes con tan sólo tomarnos una fotografía. En poco días fue descargada por 80 millones de usuarios y fue viralizada gracias al #FaceAppChallenge, un desafío para promocionarla que logró su objetivo en poco tiempo. Más allá de su popularidad la política de datos que rige su utilización no parece ser muy segura.

La app fue creada por Wireless Lab, empresa con sede en San Petersburgo, Rusia, dirigida por el ingeniero Yaroslav Goncharov. Antes Goncharov fue ejecutivo del gigante ruso Yandex (la versión rusa de Google) y ahora ha lanzado FaceApp en solitario. Según su laboratorio de ingenieros rusos, la aplicación utiliza una forma de inteligencia artificial, conocida como red neuronal, para escanear caras y hacerlas más jóvenes, mayores, de un género diferente o más atractiva.

La forma de usarla es fácil. Se descarga gratis del Play Store de Google o del Apple Store, de acuerdo al sistema operativo del teléfono, luego se selecciona una foto o se puede hacer un selfie en ese instante y el mismo programa la transforma en tu versión envejecida o rejuvenecida (la más utilizada por estos días), te permite hacerla sonriente modificando la foto original, de distinto género o más atractiva (Esta última función muy criticada incluso denunciada por discriminación debido a que a las personas de tonalidad más oscura les  aclaraba el rostro).

Hasta aquí todo parece igual a cualquier otra app y probablemente así lo sea ya que según el comentarista tecnológico que firma en Twitter como Stilgherrian, la política de protección de datos de FaceApp "es una política de privacidad bastante estándar, que efectivamente no ofrece ninguna protección en absoluto". Pero este punto ¿cómo lo detectamos? ¿Es posible comprobarlo? Sí lo es y aquí viene algo que pocas veces leemos detenidamente. Vayamos paso por paso: ya descargamos la app, aceptamos los permisos que nos solicita    hasta que nos preguntamos a dónde va la foto que luego se transforma. Entonces descubrimos que la respuest, tomamos la fotografía, decidimos rejuvenecernos… entonces nos preguntamos a dónde va esa foto para modificarse y ahí nos damos cuenta que ese tipo de respuestas las encontramos en la política de privacidad que generalmente aceptamos sin leer. Si hubieramos leído esos puntos sabríamos que la foto va a un servidor externo y que los datos “pueden ser almacenados y procesados en los Estados Unidos (donde FaceApp declara que tiene su sede) o en cualquier otro país en el que FaceApp, sus afiliados o proveedores de servicios posean la infraestructura ", lee la política para el procesamiento de datos confidenciales de 2017. (por lo tanto anterior a la entrada en vigor de la General Data Protection Regulation, es decir la regulación sobre la protección de datos personales y la privacidad en la redes).

Que exista la posibilidad de que en algún momento se transfiera dicha información a otro país nos hace pensar en un dato no menor: hay lugares en donde las leyes de recopilación y uso de datos no sean las mismas, como Rusia. Esto significa que, de desaparecer o ser absorbida por otra compañía, la información recopilada por FaceApp quedaría en manos de terceros. ¿Qué quedaría en manos de terceros? Nuestras fotos, nuestros datos personales, consideremos que los accesos a los que nos pide autorización la app son la cámara de fotos y el almacenamiento interno. Dos sectores no menores y que pueden revelar mucho acerca de nuestra vida personal.

Sobre este tema el diario ‘Vedomosti’ ha informado que los principales operadores de telecomunicaciones de Rusia están vendiendo los datos de ubicación de sus clientes a cambio de millones de dólares al Ayuntamiento de Moscú. Esta ciudad tiene uno de los sistemas de reconocimiento facial más grande del mundo, con 174.000 cámaras de circuito cerrado de televisión que graban permanentemente. El Ayuntamiento las usa no sólo para atrapar delincuentes, sino para localizar a gente que tiene deudas importantes y no las paga. Sin bien el objetivo es que los datos sean utilizados con un buen fin, nunca se sabe en manos de quién puede caer esta información sensible.

En Italia, las asociaciones de consumidores Altroconsumo y Codacons, tienen la intención de presentar una queja a la autoridad garante para iniciar una investigación de la solicitud. "Este golpe de verano aparentemente inofensivo amenaza con ocultar un tráfico potencialmente peligroso de datos confidenciales", explica Codacons subrayando cómo "el documento de procesamiento de datos genera serias dudas sobre el uso y respeto de la privacidad del usuario".

En Argentina aún no se han expresado los organismos de derecho de consumidor, aunque está vigente la ley 25.326 de Protección de Datos Personales. Puede que simplemente no suceda absolutamente nada por jugar con esta graciosa app que nos permite acelerar o retroceder el tiempo para vernos más ancianos o más jóvenes, pero siempre es mejor leer las políticas de privacidad para saber a quién le damos acceso a nuestros datos.