LA CURIOSA HISTORIA CENTENARIA DEL AMARILLO QUE LUCE EL LÍDER DEL TOUR DE FRANCIA

LA CURIOSA HISTORIA CENTENARIA DEL AMARILLO QUE LUCE EL LÍDER DEL TOUR DE FRANCIA

Desde Eugène Christophe hasta Julian Alaphilippe, 276 ciclistas vistieron el tradicional color en la prueba.

El Tour de Francia, la prueba de ciclismo de ruta más importante del mundo, tiene mil historias para contar. Es lógico, porque se empezó a correr en 1903 y solamente se suspendió entre 1915 y 1918, y entre 1940 y 1946, por la Primera y la Segunda Guerras Mundiales.

Claro que en esta edición se festeja un centenario particular, porque en 1919 fue la primera vez que se utilizó el maillot amarillo para identificar al ganador provisorio de la prueba luego de cada etapa.

El primero en vestirlo de forma oficial fue el francés Eugène Christophe, quien se lo puso el 19 de julio de 1919 en Grenoble, al término de la undécima etapa. Lo debería haber usado cuatro días antes, pero todavía no lo habían confeccionado.

Quien ayer se ganó el derecho de vestirse de amarillo es el francésJulian Alaphilippe, que conquistó la tercera etapa en Epernay y pasó al frente de la clasificación general. Todo un logro para el número uno del ranking mundial de la UCI.

Hay muchas curiosidades alrededor del maillot amarillo, empezando sobre el porqué del color. No se ponen de acuerdo los historiadores del Tour, pero la teoría más aceptada es que se eligió el color de la cabecera del diario “L’Auto”, creador de la carrera y predecesor de “L’Équipe”. La misma razón por la que viste de rosa el líder del Giro de Italia, creado por “La Gazzetta dello Sport”, que se imprime en papel de ese color.

¿Qué significan las siglas “HD” que tiene bordadas? Son las iniciales de Henri Desgrange, principal dirigente de la carrera hasta la Segunda Guerra Mundial. Tras ese paréntesis, Jacques Godet decidió en 1948 rendirle homenaje poniendo su nombre en el maillot, pero como era muy caro bordar en las prendas de lana, se conformó con las iniciales.

El belga Eddy Merckx tiene el récord de haberlo usado 96 veces, motivo por el cual este Tour comenzó en Bruselas. Como el estadounidense Lance Armstrong desapareció de todo registro oficial tras su dóping sistemático, el segundo que más veces se vistió de amarillo fue el francés Bernard Hinault, con 75, delante del español Miguel Indurain, con 15 menos.

De los 276 corredores que lo tuvieron, el que menos tiempo lo llevó fue el francés Romain Feillu, que tras ganarlo en Nantes, en 2008, lo dejó escapar al otro día en una contrarreloj en Cholet, en apenas 40 minutos.

Claro que Norbert Callens tiene uno de los espacios más desgraciados en esta historia. En la primera edición tras la Segunda Guerra Mundial, en 1949, el Tour llegaba a Boulogne-sur-Mer tras haber salido de Bruselas y, para sorpresa general, el belga ganó la etapa y pasó al frente en la general. Iba a vestir la prenda que entonces cumplía 30 años.

Pero el asistente de su equipo, víctima de un desmayo, olvidó avisarle al responsable del camión de los organizadores donde se transportaban las camisetas amarillas. Y éste se llevó todo rápidamente de Boulogne-sur-Mer sin aguardar a la ceremonia del podio. Un periodista le prestó a Callens una camisa amarilla para la foto, pero el ciclista no pudo vestir el maillot oficial. Al día siguiente perdió el liderazgo. Así que jamás vistió el amarillo que le correspondía.

Hay un valor simbólico, claro. Pero también un valor en dinero por llevar ese color. Por una jornada cualquiera, el premio es de 500 euros. Pero por lucirlo en el final en París, sinónimo de ser el ganador, viene acompañado de 500.000 euros, aunque los ganadores reparten entre los compañeros de equipo.