POR QUÉ LOS PAPAS CAMBIAN DE NOMBRE AL ASUMIR EL PONTIFICADO

La tradición de adoptar un nuevo nombre al convertirse en papa tiene raíces históricas, bíblicas y simbólicas. Desde el siglo XV, esta práctica representa el inicio de una nueva etapa espiritual y de liderazgo.
Por qué los Papas cambian de nombre al asumir el pontificado. Francisco se llamaba en realidad Mario Jorge Bergoglio. Esta tradición de adoptar un nuevo nombre al asumir el rol de líder de la Iglesia Católica comenzó en el siglo XV, con Juan II, cuyo nombre original era Mercurio. Él decidió cambiarlo porque no lo consideraba adecuado para la investidura papal.
La costumbre también tiene fundamentos en la Biblia. Jesús, por ejemplo, cambiaba los nombres de quienes recibían una nueva misión espiritual. Así ocurrió con Simón, a quien pasó a llamar Pedro.
Este gesto simboliza una transformación y un nuevo comienzo. En el caso de quien asume el papado, representa el inicio de un capítulo completamente distinto en su vida.
“¿CÓMO QUIERES QUE TE LLAMEN?”
Tras la elección del nuevo Papa, los cardenales le preguntan: «¿Quomodo vis vocari?», que en español significa “¿cómo quieres que te llamen?”. El nombre elegido puede ser un tributo a santos que el nuevo pontífice admira o una manera de rendir homenaje a Papas anteriores.
En el caso de Bergoglio, optó por Francisco en honor a San Francisco de Asís. A lo largo de la historia, solo dos pontífices conservaron sus nombres de nacimiento: Adriano VI y Marcelo II.
LOS NOMBRES MÁS POPULARES DEL PAPADO
Algunos nombres se repiten con frecuencia a lo largo de los siglos. Gregorio y Benedicto encabezan la lista con 16 apariciones cada uno. Les siguen Clemente, elegido en 14 ocasiones; Inocencio y León, con 13 cada uno; y finalmente Pío, que fue usado 12 veces.
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