MURIÓ ALEJANDRA "LOCOMOTORA" OLIVERAS A LOS 47 AÑOS

La exboxeadora multicampeona falleció tras luchar por su vida luego de sufrir un ACV. Su historia de superación conmovió al país.
Falleció Alejandra "Locomotora" Oliveras a los 47 años
La exboxeadora multicampeona Alejandra “Locomotora” Oliveras falleció este lunes a los 47 años, luego de enfrentar su pelea más dura tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Su vida fue un ejemplo de resiliencia, habiendo superado una infancia marcada por la pobreza y la violencia de género, hasta consagrarse como campeona mundial y referente de lucha y empoderamiento femenino.
Oliveras había sido internada de urgencia el pasado 14 de julio en el Hospital José María Cullen de Santa Fe, luego de descompensarse con síntomas compatibles con un ACV. Estudios posteriores confirmaron un accidente cerebrovascular isquémico del lado izquierdo. Su cuadro neurológico era delicado y requirió una cirugía el 16 de julio. A pesar de los esfuerzos médicos, falleció tras varios días en estado crítico.
Un camino forjado en la lucha
Su historia comenzó en la localidad cordobesa de Alejandro, donde debió enfrentar la violencia de género siendo adolescente y madre joven. El boxeo fue su vía de escape, primero como una forma de defensa, y luego como un camino de superación. En 2006 se consagró campeona mundial supergallo del CMB en México. Ganó reconocimiento internacional, aunque no fue ajena a las adversidades: “Me robaron todo el dinero, pero no el orgullo de ser campeona del mundo”, supo decir con convicción.
Más allá del ring
A lo largo de su carrera profesional y vida personal, “Locomotora” canalizó el dolor en fuerza transformadora. Su mentor, el legendario Amílcar Brusa, le prometió convertirla en campeona del mundo, y cumplió. Alejandra entrenaba más de nueve horas diarias, y dedicó su esfuerzo a brindarles una vida distinta a sus hijos.
En los últimos años se volcó a la política, desde donde buscaba transformar realidades a través del deporte, convencida de que "el deporte es enemigo de las adicciones y la violencia". Como convencional constituyente en Santa Fe, combinaba su vocación pública con la gestión de un gimnasio gratuito donde entrenaban más de 500 chicos. Para ella, el deporte iba de la mano de la educación: en su gimnasio, la condición para entrenar era presentar la libreta escolar.
Alejandra Oliveras fue mucho más que una boxeadora. Fue una mujer que peleó por su dignidad, la de sus hijos y la de quienes encontraron en su historia una inspiración. Su legado, hecho de coraje y determinación, permanecerá vivo en quienes la recuerden como la luchadora incansable que nunca bajó los brazos.
Comentarios (0)
Comentarios de Facebook (0)